PEQUEÑO GRAN PASO.
Jueves 22 de Octubre de 2009.
Jueves 22 de Octubre de 2009.
Esta pequeña noticia fue publicada en el periódico Qué!.
Nos dice que el Constitucional de Kuwait ha dictaminado que las mujeres pueden obtener un
pasaporte sin contar con el consentimiento de padres, maridos o guardianes. Parece casi de locos que, en pleno siglo XXI, una mujer tenga que pedir permiso a un hombre para poder tener su propio pasaporte; aunque no sólo en Kuwait existe esta situación de marginación y sublevación de las mujeres bajo un hombre. Son varios los países donde aún hoy la mujer sigue siendo tratada como un trozo de carne propiedad de quien más pague por ella y, por lo tanto, quien la compre tiene potestad y derecho sobre ella, como se tiene sobre una vaca o una cabra. Las mujeres sufren tales casos de sublevación bajo los pies de los hombres que ni si quiera pueden salir solas a la calle sin la presencia de un hombre, aunque este tena 1 ó 2 años de vida, o usar zapatos que no hagan ruido al pisar o reírse en público. Las mujeres seguimos siendo ciudadanas de segunda, a pesar de las luchas que desde hace tanto tiempo llevamos luchando por conseguir la plena igualdad de derechos y oportunidades, pero se nos
sigue resistiendo, aún no nos dejan conseguirlo; quizás el miedo sea lo que nubla los ojos de los hombres, somos un peligro para ellos, o eso es lo que muchos de ellos siguen pensando hoy en día.
Nos dice que el Constitucional de Kuwait ha dictaminado que las mujeres pueden obtener un
pasaporte sin contar con el consentimiento de padres, maridos o guardianes. Parece casi de locos que, en pleno siglo XXI, una mujer tenga que pedir permiso a un hombre para poder tener su propio pasaporte; aunque no sólo en Kuwait existe esta situación de marginación y sublevación de las mujeres bajo un hombre. Son varios los países donde aún hoy la mujer sigue siendo tratada como un trozo de carne propiedad de quien más pague por ella y, por lo tanto, quien la compre tiene potestad y derecho sobre ella, como se tiene sobre una vaca o una cabra. Las mujeres sufren tales casos de sublevación bajo los pies de los hombres que ni si quiera pueden salir solas a la calle sin la presencia de un hombre, aunque este tena 1 ó 2 años de vida, o usar zapatos que no hagan ruido al pisar o reírse en público. Las mujeres seguimos siendo ciudadanas de segunda, a pesar de las luchas que desde hace tanto tiempo llevamos luchando por conseguir la plena igualdad de derechos y oportunidades, pero se nos
sigue resistiendo, aún no nos dejan conseguirlo; quizás el miedo sea lo que nubla los ojos de los hombres, somos un peligro para ellos, o eso es lo que muchos de ellos siguen pensando hoy en día.
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